El uso de la tecnología digital es una parte inseparable de la vida moderna, pero pocas personas se detienen a pensar en el impacto ambiental que tiene, especialmente en el consumo de agua. Desde la inteligencia artificial hasta el simple almacenamiento de datos en la nube, la infraestructura digital global depende de centros de datos (data centers) que, en muchos casos, requieren grandes cantidades de agua para funcionar de manera eficiente.
