Desde que el caso de Edward Snowden se hizo internacionalmente conocido, muchos usuarios de a pie se han concienciado de que la información que comparten por correo electrónico puede ser intervenida no sólo por ciberdelincuentes, sino también por instituciones y organizaciones gubernamentales, algo que, estamos seguros, no es plato de buen gusto para nadie. Si quieres añadir una capa de seguridad a tus comunicaciones vía Gmail, en este post explicamos cómo hacerlo de forma sencilla para que los lectores menos experimentados también podáis disfrutar de un poco más de intimidad en la red.