Hoy en día vivimos en un mundo donde la web es todo. Una aplicación es buena sólo si dispone de una interfaz web o si es, de hecho, una web (lo que conocemos como aplicación web). Cualquier servicio que dispone de aplicación de escritorio, ahora está expandiéndose a la web.
¿Qué tiene de bueno? Es la mejor forma de poder hacer una aplicación una sola vez y que esté disponible en todos los sistemas operativos que dispongan de un navegador web.